La salud bucal es parte de la salud general, por lo que influye en el bienestar físico, autoestima, comunicación y relaciones sociales. Por esta razón, es importante cuidarla desde los primeros años de vida creando en los niños y niñas buenos hábitos, pautas estables de comportamiento que los ayudarán a estructurarse, orientarse y/o formarse. Es una conducta que debe repetirse muchas veces hasta formar parte de la vida.
Periodicidad de la rutina de limpieza de boca y dientes Debe cepillar los dientes del niño o niña al menos 2 veces al día especialmente antes de acostarlo(a), utilizando un cepillo de dientes de cabeza pequeña y filamentos suaves, y pasta de dientes con una concentración de entre 1000 y 1500 ppm de flúor (mirar el envase), la cantidad máxima de pasta que se recomienda a ésta edad es similar al tamaño de una arveja, como se muestra en la foto.Recuerde que el uso del cepillo es personal y no se presta.
El cepillo debe cambiarse cuando las cerdas se ponen chasconas (aproximadamente cada 3 a 6 meses).
A partir de los 2 años se introduce el uso de pasta de dientes con una concentración de flúor de 1000 a 1500 partes por millón (mirar el envase), en cantidad no superior al tamaño de una arveja, debe ser dosificada por un adulto, luego de realizado el cepillado el niño o niña debe escupir para eliminar los restos de pasta que quedan en la boca pero no enjuagarse para permitir que el flúor de la pasta ayude a prevenir las caries.
El cepillado debe ser realizado por un adulto y luego por el niño para que éste vaya adquiriendo poco el hábito y las destrezas.
El cepillado de dientes es una expresión de cuidado y cariño y es un momento que favorece el encuentro entre padres o cuidador principal con su hijo o hija.
La forma de realizar el cepillado es:
Con los dientes juntos, cepillarlos todos en círculos como ruedas de bicicleta
Cepillar las muelitas, en las caras que se mastica, con movimientos de arrastre de atrás hacia adelante.
También se debe cepillar la lengua
Evitar hábitos nocivos A esta edad ya se debe retirar el uso del chupete y de la mamadera, puesto que si se mantiene su uso, afecta el desarrollo y crecimiento de la boca y dientes, pudiendo dar como resultados alteraciones en las estructuras de la cara y dientes mal ubicados.
Si el niño o niña usa chupete, este no se debe untar con ninguna sustancia como miel u otra, el chupete se debe lavar con agua potable o agua hervida (nunca no lo debe chupar el adulto).
Si el niño o niña succiona su dedo, se sugiere identificar con la familia en momento sucede esto y consultar al dentista para planificar la suspensión de éste hábito.
A los 2 y 4 años, le corresponde un control con el dentista en su centro de salud.
A cualquier edad puede acudir al dentista de su centro de salud en caso de presentar dolor agudo o sufrir algún accidente que afecte un diente o mucosa de la boca.
Recomendaciones para prevenir traumas dentarios Durante los primeros años de vida, los dientes de leche se encuentran en estrecha relación con los dientes permanentes que se están formando dentro del hueso. Un traumatismo en los dientes de leche puede afectar a los dientes permanentes en formación, los que podrían erupcionar con defectos que van desde manchas blanquecinas hasta la deformación de la corona, dependiendo de la intensidad del golpe recibido.
Hay lesiones que pueden comprometer al diente en desarrollo dentro del hueso, éstas son la intrusión del diente temporal (cuando el diente se entierra en la encía) y la avulsión (cuando el diente se cae por el golpe).
Algunas recomendaciones para evitar golpes:
Evitar los pisos resbaladizos o con desniveles.
Recoger los objetos en el piso que puedan actuar como obstáculos para los niños y las niñas.
Evitar lugares de juego en cercas y escaleras.
Asegurarse que los niños y las niñas mantengan los cordones de los zapatos amarrados.
Cuidar los dientes de prácticas riesgosas (por ejemplo, abrir botellas con los dientes, cortar hilo).
Caminar con objetos en la boca o en ambas manos.
Consecuencias de traumatismos
Las consecuencias de un traumatismo dentario en niños pueden ser inmediatas y de largo plazo. Algunas de ellas pueden ser:
Cambio de color del diente afectado
Malformación del diente permanente, cuando el afectado es el temporal
Pérdida del diente afectado
En el caso de que ocurra un traumatismo dentario, es fundamental conocer qué hacer inmediatamente después de ocurrido, para que el niño o niña tenga un pronóstico favorable.
Frente a un traumatismo dentario, es importante
Mantener la calma
Tranquilizar al niño o niña
Controlar que el estado general del niño o niña sea normal, verificando la respiración
Si las heridas se encuentran con tierra, lavarlas en lo posible con agua hervida tibia, o con agua potable corriente
Revisar cuidadosamente la boca. Si hay sangrado, secar con gasa, o un pañuelo limpio
Verificar que no hayan cuerpos extraños en la boca, ya sea fragmentos de diente o el diente completo
Aplicar compresas frías, o hielo, en la zona para evitar inflamación
Consultar a un dentista. La atención de urgencia por un traumatismo dentario está garantizada (GES-AUGE), independiente del sistema previsional del niño (ya sea público o privado).